"El beso de amor que tanto ansiaba, el beso feliz con que anhelaba llegar hasta ti sin dispersarme; el beso limpio, febril y enternecido, el que a veces no se da en la vida cuando la vida no es amor... ese beso integro, con sangre, nervio y alma ayer probé, y nada menos!, comprendí que la muerte sin morir jamás sentí... y hoy al conjuro de otro más, sé que pensar con el poeta acabaría, "que la dicha de dos me mataría".

Reinaldo Montefilpo Carvallo (1946)