Me han revelado que la necesidad más profunda del
hombre es la necesidad de amar y ser amado. Nuestro mundo superactivo opta
decididamente por la eficacia porque tiene miedo del corazón. Ha perdido la
confianza en el amor.
Se puede dejar de lado al corazón, se la puede
pasar por alto y hablar despectivamente de “sentimentalismo” y “emociones sin
importancia”. Pero el corazón sigue ahí, en lo más profundo de cada uno de
nosotros, por muy “fuerte” y “eficaz” que uno pueda ser. Cuando llega la vejez,
la enfermedad o la agonía, que es lo más profundo que está en nosotros, lo más
frágil y lo más vulnerable, cobra todo su relieve.
Todos tenemos sed de amor, y nos parece imposible
poder alcanzarlo.
Por eso es tan triste nuestro mundo; y por eso
tanta gente vive al borde de la desesperación, de la frustración y del
descontrol de su agresividad. Por eso hay tantas personas que se lanzan a una
actividad desenfrenada y una descomedida búsqueda del placer, la riqueza y el
poder. Por eso son tantos los que levantan barreras y se esconden detrás
de ellas.
El amor parece inasequible porque la gente
tiene miedo de amar.
Pero cuando el Espíritu disipa el temor y se abre
uno al amor y a la ternura, descubre emocionado donde está en verdad la fuente
de la vida.
Jean Vanier
Título del original francés NE CRAINS PAS
Traducción Felipe Pardo